En cualquier instante nos encontramos con todo aquello a lo que supuestamente nos hallamos acostumbrados o inmunizados en nuestra existencia urbana: la desproporción, la masificación, la confusión o el exceso de vehemencia (es también una admirada patología), la multidireccionalidad, la ambigüedad, la multiplicidad y riqueza de registros que expresan ideas dudosas.

En el simple hecho de la existencia en lo cotidiano existe un elemento omnipresente, distinguible allá donde queramos depositar la atención: aquello que no controlamos, que no contenemos, que no abarcamos, que nos hipnotiza, aquello de lo que huimos y aquello que nos atrapa.Incluso en su oposición: la extremada reflexión en las acciones, expresiones y metodologías.
Hablamos de las estrategias sociales orquestadas y planificadas al milímetro en pos de un objetivo claro (la nomenclatura utilizada en el entorno del marketing está recurrentemente sacada de la metódica y sintaxis bélica) encontramos la concepción desproporcionada.
La magnitud objetual insostenible, la explosión continua de fuegos y significados artificiales destinados a ignorar o bien perder conciencia crítica para con lo que nos rodea, con el tiempo y el espacio en que se desarrolla nuestra vida, incluso en aquellas bienintencionadas ; en todo ello es axiomática la incontinencia.
Arquitectónica, física, empresarial, verbal, tecnológica, sexual, emocional, musical, mediática, política, monetaria, telemática, identitária; por supuesto: artística.
En nuestro acercamiento semántico, este concepto no es tan solo denigrado como hecho malicioso, como trastorno, en el que la desproporción es malformación y, por extensión, peligro unívoco. La misma fe en la proporción es como una historia de amor con una idealización que siempre está por llegar, es la sumisión del mundo a intereses particulares y, por lo tanto, una autodosificada sedación para sortear sus olas, una reducción del mar en estanque. Otra incontinencia, pues, presencia ambigua.

Es precisamente en esta incontinencia que se articula la determinación a realizar este trabajo, junto con todos aquellos que lo preceden y los que lo seguirán. La incontinencia es una expresión ambivalente, que denota al mismo tiempo la dificultad y la vergüenza por la mancha que se extiende por nuestra ropa y gotea en el suelo, como la dignidad y el humor que se escapan del hecho de articular la exposición alrededor de este nodo.

Socias2, 2011

Mapa conceptual: me corto las venas y me las deja largas

El mapa conceptual se fundamenta en la toma de decisiones, en la idea de binomio, en el si y el no, en derivaciones y más derivaciones a partir de puntos clave: construcción o desvirtuación partiendo de propósitos iniciales, formando,un recorrido instalativo bajo la representación de esquema conceptual.
Tomando como referente el sistema sanguíneo del cuerpo humano medio, realizamos un mapa de tubos de plástico transparentes y tintados. Con esta materia prima, desarrollamos un mapa de canalizaciones mediante junturas, codos y pequeños grifos de jardinería, que se extienda por el espacio expositivo, a modo de instalación museística, una agrupación de vitrinas antiguas a la usanza de los museos de medicina o de historia natural.

Sobre las vitrinas enlazadas por las ramificaciones tubulares se encuentran los nodos del mapa conceptual: Se tratará de pequeños contenedores transparentes, peceras adaptadas, construidas en metacrilato o cristal; contenedores de factura humilde y frágil en los que, mediante aproximaciones escultóricas y videográficas, trabajamos el concepto de lo que se hunde o lo que se mantiene a flote: el si y el no o viceversa, actitudes e ideas que prosperan y cristalizan frente a otras que se estancan y se hunden.

El resultado físico de esta pieza será una instalación que cubra gran parte de la superficie del suelo y de las paredes del espacio expositivo: un mapa de vinculaciones que vertebre unas cinco piezas distintas ( entre material escultórico y audiovisual) distribuidas en las diversas vitrinas. Dichas piezas irán acompañadas de diferentes realizaciones sonoras distribuidas por el espacio expositivo formando un mosaico sonoro global.

Incontinencia / imágenes de un no saberse aguantar.

Obra videográfica audiovisual monocanal.
Gente que no controla sus actos, sus ideas, sus vidas
El descontrol exacto visto desde un planteamiento visual perfecto y ordenado. Un delirio acotado y sometido. Monstruos del tic. Gente de distintas proporciones, pequeños y grandes, en un bucle de movimientos y actitudes descontroladas en espacios visuales pequeños. Gente que repite esquemas prefijados exteriormente a ellos, bucles de movimiento y expresión presentados mediante una construcción informática de puro delirio y prisas: repetición constante de actos vulgares y desproporcionados. Dentro de estos parámetros prefijados encontramos espejismos o reflejos de actitudes incontinentes de virtuosismo estéril y artificio: gente en situaciones varias, repitiendo gestos y más gestos mientras la orina se escapa y fluye pierna abajo.
Dentro de una línea compositiva de pura sencillez y racionalidad encontramos planteamientos desbordados en sí mismos, pero vinculados a los parámetros dictados por las líneas de código que construyen el programa, construido específicamente para esta pieza.